domingo, 15 de agosto de 2010

TODO ERA UN SUEÑO...


Y a pesar de que todo
era un sueño
en mi templo interior,
tú amanecías,
abrazado a mi cintura
en mi regazo con tu amor,
me florecían amapolas.

Mi sueño era realidad,
yo tocaba tu piel y
tú estabas,
dibujando en mi cuerpo
un mapa
el que te llevaría por
mis senderos y mi playa.

Luego al amarte,
ya te vi distante,
como en la lejanía
inalcanzable,
estiraba mis brazos y
no te podía tocar
ya estabas lejos y yo
en mi soledad.

La esperanza de verte
es tan grande
el temor a que no
se haga realidad,
me hablas amorosamente
y con ternura,
no sé, si creer a la
esperanza y esperarte
o dejar de soñar y
ver la realidad.

Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.

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