dejando la puerta abierta,
soñando que desde lejos
caminas hacia mi tierra.
Te espero casi indefensa,
desnuda de tantas penas
armada con mil poemas,
escritos por ti, en el tiempo.
Y creo con fe infinita
cuando se mueve la puerta,
que no es el viento que sopla
y que eres tú el que entra.
Más vuelve a decirme el viento
¡ilusa! no ha sido el,
y al ver la puerta vacía
la dejo como al comienzo.
Y se me escapa la vida,
más con terquedad incierta,
el viento sigue soplando
y yo mirando la puerta.
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
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